25 años hace ya que tuve la
experiencia de conocer a mi primogénito, siendo un muchacho sin experiencia y
sin hacer caso a mi padre me aventuré a iniciar el camino del cual no hubo
retorno, a fuerza de golpes me convertí en un adulto, todavía adolescente porque
inicié ésta aventura cuando todavía tenía 18 años y a pesar que ha habido
situaciones y circunstancias bastante difíciles increíblemente ese muchacho
ahora es un hombre y un padre orgulloso de sus seis hijos e hijas, aunque el
término resulte poético en realidad han pasado ya un cuarto de siglo de aquel
domingo 2 de septiembre de 1990 y mucho más de ahí cuando con quien fue mi
primera esposa un 1º de Diciembre de 1989 iniciamos lo que sería un matrimonio
de casi 14 años, en todos estos largos años aprendí mucho de lo que en un
inicio me negaba a escuchar, luego de tantas caídas aprendí a apreciar las
palabras de aquellas persona que deseaban que mi vida resultase al menos más
pasadera de lo que en realidad fue.
Lo bueno a esta altura es ver hacia
atrás y sacar lo mejor de todo estos eventos de vida, y hoy a mi hijo que
cumple 25 años le diría que éste artículo se inspiró en las palabras que él
mismo me dijo: “NO TE RINDAS”, ese ha sido quizás el mejor de todos los
mensajes, y es en suma lo que he hecho de una forma tan valiente, a pesar de
quedarme solo y de pasar por caminos muy sinuosos nunca me he rendido, incluso
mucho tiempo después y en otras circunstancias la visión ha continuado por el
mismo camino, ni siquiera las enfermedades tales como una hernia discal muy
dolorosa, un sobre peso que me puso con unos mareos bastante incómodos y tener
que volver a iniciar desde cero, el deseo siempre ha sido nunca dejarse vencer
y continuar a pesar de las circunstancias. Seguir y no dejar que la negatividad
te coma el buen deseo y la buena fe, seguir aunque suene un poco a necedad, a
pesar de perderlo todo no dejar que esto te hunda en una depresión total y
nefasta.
En 25 años comencé a llenarme de
canas, ya las personas suelen llamarme Don por respeto, y hasta he conocido el
amor incondicional de ser abuelo, he dejado la juventud que se marchó para
siempre, he empezado a disfrutar cada día como si fuese el último, he dejado de
tener esos arrebatos de rabia que alguna vez me afectaron, he dejado de
competir con persona alguna porque no hay nada que obtener de esa competencia,
y ahora se amar sin condiciones, mis hijos e hijas han crecido y ya no corren
por mi casa como cuando eran niños y mi vida suele ser diferente, los sueños
siguen ahí intactos porque entendí que son de tu propiedad y hacerlos es algo
personal, sigo siendo un alma en un cuerpo con síntomas del paso del tiempo
pero con la misma alma…
Ahora agradezco todo desde cada día
que me sabe a tiempo extra hasta la noche que puedo ver, cada día es un triunfo
porque mi corazón sigue latiendo a lo mejor porque tengo una razón de continuar
en éste mundo, cada hora que logro sobrevivir me llena de satisfacción porque
es una oportunidad de compartir mis ideas a más personas que puedan
necesitarlas, en 25 años tuve la oportunidad de conocer tantas cosas que ahora
me hacen un ser humano diferente, he asumido mi rol en éste mundo porque he
podido entender la razón de seguir en este barco llamado vida: “amor
incondicional” para lo cual he aprendido a amar sin esperar nada, a dar amor a
manos llenas sin esperar ni siquiera las gracias, en 25 años tengo mis errores
y mis negocios fallidos, mis caídas y mis tragedias pero he decidido continuar
a pesar de todo, estoy y sigo muy a pesar que razones sobraron para dejarme
caer, muy a pesar de no ser un millonario ni hombre de grandes negocios soy un
alma con un contenido espiritual concreto y he dejado de identificarme con mi
propio ego: no soy lo que tengo, ni lo que poseo, ni el dinero que tengo, ni
los logros académicos ni los amores que tuve, ni las parejas que conquisté, ni la
colección de mujeres que aparecieron, nada de ello me define… pasé de ser
una persona egótica a tener humildad de
aceptar mis debilidades y situaciones, el reto que ahora tienen mis hijos e
hijas es seguir mis pasos en lo bueno y en mi fortaleza, y evitar los errores
porque tienen un libro de vida en éste ser humano que ha sido su padre, en 25
años todo cambió y pasé de la adolescencia a la madurez no sin antes de sentir
el amargo de muchos limones que ahora son limonadas en el largo camino
recorrido.
En todo éste tiempo aprendí mucho de
lo que no te enseñan en las universidades, y por ello celebro tus 25 años con
alegría, Dios te bendiga mi amado hijo, que entiendas que como persona te he
fallado pero nada de ello me quita el inmenso amor incondicional que tengo por
ti.
2 DE SEPTIEMBRE DEL
2015.
¡BENDICIONES INFINITAS
Y QUE DIOS TE DE MUCHA VIDA, TE AMO, TU PADRE!
DEDICADO A MI HIJO
PRIMOGÉNITO SALVADOR EZEQUIEL MENDEZ JR.
BENDICIONES A TODOS Y
TODAS
Salvador Ezequiel Méndez
@ezek71 (Twitter)
Ezek71@gmail.com
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