jueves, diciembre 17, 2009

¿Qué significa realmente la Navidad?

NAVIDAD EN EL CORAZÓN

Apartando a todos aquellos que le sacan provecho al evento navideño, ya sea económicamente, o aquellos que le sacan el mayor de los lucros a la temporada, creo que hay que apartar esa realidad y poner en verdadera perspectiva lo que la Navidad significa: para mí desde que la cristiandad empezó a celebrarla, han habido siempre controversias y dejándolas también al margen vamos a observar lo que desde una perspectiva espiritual significa; muchos la han convertido en una noche para embriagarse, otros para hacer los desmanes más grandes que terminan muchas veces en tragedias, y otros celebran sin ni siquiera saber qué celebran a todos ellos debemos de prestarles más atención porque desconocen lo que en realidad esa celebración significa, desde una mirada retrospectiva más profunda.

En primer lugar la navidad es una celebración que debe potenciar el espíritu no mermarlo, es tiempo para la reflexión interior, para ponernos nuevas metas, para pensar en aquellos que necesitan o sea tiempo para darle cabida a la caridad, lejos de potenciar el hedonismo y el egoísmo, es tiempo para ofrecer como punto más importante, si das sin esperar nada entonces haces de la celebración se encause cómo debe ser, eso potencia el espíritu y te eleva aunque nadie te lo diga, la navidad es más una cultura espiritual que un momento para la celebración vacía y mundana, si no sabemos qué es y para qué lo hacemos terminamos desvirtuando todo el evento en si.

Para que las nuevas generaciones sepan debemos reinventar la tradición recordando porqué y para qué la celebramos, si lejos de darle significado lo que hacemos es darle nuestro dinero a los que la comercian entonces caemos en la trampa del consumismo, la navidad es más que un regalo para la noche buena, más que una celebración familiar, más que una cena festiva, más que cualquier icono que intente definirla, la navidad es la que llevamos en el corazón, es aquella que nos trae de regreso a los que lastimosamente ya no están con nosotros, es la que nos recuerda la felicidad de la niñez, la que nos hace sentirnos en sintonía con nuestro espíritu de bondad, las que nos hace sentir orgullo de ser humanos generosos, compartir las pequeñas cosas que sólo la familia puede experimentar, los seres que amamos los cuales son los que realmente nos importan, que quieren que estemos junto a ellos disfrutando la calidad de un momento de intimidad familiar o amistosa, esa es la verdadera esencia de la navidad, un momento para sentirnos en comunión con aquellos que no sabemos cuánto tiempo estarán a nuestro lado y si por el contrario nosotros podremos no estar para el siguiente año, porque nada es seguro y no sabemos el futuro.

La navidad es un momento para abrirnos al compartir, al ofrecer, al sentir de la experiencia de nuestra familia que nos da calor humano, esa es para mi la verdadera esencia de eso que llamamos Navidad, algunos deciden no celebrarla están en todo su derecho, puede en parte porque el consumismo moderno la ha convertido en un momento para sacarle rédito a todo lo que pueda significar y por ello estamos constantemente bombardeados por el consumismo insensible, la navidad es un momento para vivirla en la intimidad del hogar sin dar malos ejemplos a los que nos seguirán, es tiempo para volverle a dar el significado que se ha ido perdiendo en la sociedad moderna, no sólo son las canciones que la definen, ni los villancicos, ni los coros, ni los santas que vemos por doquier, y muchos etc., es algo más, ese algo más es lo que realmente importa, de nuestro espíritu depende, no de lo que nos dicen que debe ser, navidad es paz y amor, no odio ni tragedia, deseo que pases una hermosa navidad junto a tus seres queridos en paz, armonía y amor.

Bendiciones a todos (as)

Ezequiel Méndez
Para comunicarte con el autor: salvador@ezequielmendez.info
http://ezequielmendez.info

jueves, diciembre 03, 2009

¿Qué es un Mito?

SIGUIENDO LOS MITOS

Quizás mi vida no sea lo que algunos quisieran que fuese, yo en lo personal siempre he sido muy cuidadoso de no enamorarme de lo que los mitos representan, personas a las cuales quiero y aprecio lastimosamente han seguido a sus “mitos” como el icono del “súper hombre” que Nietsche nos mencionaba hace unos siglos atrás, dejando a un lado la fascinación de las personas por aquellas que alcanzan una alta cota de realización personal están todos los grandes “mitos” que las personas mentalmente hacen de ellas, porque les admiran, se dejan fascinar por lo que ellas representan, lastimosamente no por lo que realmente son, muchas de ellas tienen personalidades fuertes y dominan a aquellas que en un primer lugar caen como abejas en un panal ante la fascinación de sus “logros” ya sean económicos, personales, sociales, académicos o de cualquier otro índole, pero detrás de sus “logros” co existen personas llenas de situaciones, miedos, obsesiones, defectos marcados, mal humor, y miles de características que como cualquier humano que son tienen pero saben sagazmente esconder en sus “auras” de seres victoriosos.

Los “grandes” para mi son aquellos que a veces no los vemos en los medios de comunicación, sino mas bien no tienen ni siquiera alguien que les de publicidad, personas que logran salir avante de una adicción, otras que vencen a una enfermedad declarada “Terminal”, otros que vencen los demonios de una depresión extrema y logran contar sus historias, otras que de la nada logran sobrevivir el día a día dándole de comer a los suyos, madres que vencen a la miseria y logran alimentar a los suyos en medio de la pobreza, ¡esos si son los verdaderos mitos!, pero aquellos que logran posicionar el culto a la personalidad en los que les sirven no son más que personas que logran mercadear sus personalidades envolventes, y lastimosamente sus seguidores les aclaman de forma total.

En lugar de admirar a otros(as) admírate a ti mismo, obsérvate con dignidad, piensa todos las dificultades que has superado en el camino, y conviértete en el icono que otros deben de seguir, talvez tu familia o tus hijos desearán tenerte de ejemplo, no para que tengas legiones de personas que se derriten por seguir a tu “ego” sino que de tu humildad copien el molde, esos son los que debemos de seguir y admirar, en mi familia el que logra triunfos económicos es bien visto, yo que siempre he luchado con la adversidad y por ende no soy un realizador millonario, sino que mis logros se suman de pequeñas victorias personales por ello no gozo de admiradores, pero me basta ser un ejemplo suficiente para mis hijos, empecé a estudiar a los 33 años, luego de muchas distracciones envueltas de responsabilidades precoces, recuerdo una vez que alguien me dijo que ya no tenía oportunidad de prepararme porque había desperdiciado mi tiempo y ahora estoy a punto de coronar una carrera a mis casi 40 años, esos son logros dignos de sentirse orgulloso.

Admirar a los que nacieron en cuna de oro, a los que tienen mucho dinero, a los que viven en la farándula, a los grandes millonarios, a los que tienen hasta el desperdicio no me saben a nada, para mi personas que logran el triunfo en medio de las tribulaciones (llámese vencer una situación dura, enfermedades terminales, miserias indiscriminadas que son superadas a base de trabajo digno y honesto, y otros grandes etc.),  esos si son mis héroes,  esas personas siempre tendrán mi respeto y admiración, seré el seguidor de esos mitos callados que no gozan de la admiración de nadie, porque son los que debemos de seguir, nos recuerdan la grandeza del alma humana, no la soberbia de la opulencia, ni la soberbia del poder económico, para mi el que tiene poder se lo gana luchando contra sus demonios, no a base de admiración de quienes deciden seguirles porque se despersonalizan pensando que son a quienes deben de imitar, yo imité a personas que al igual que yo se enfrentaron contra la adversidad, muchos cayeron pero se volvieron a levantar, alzaron el vuelo en medio de la tempestad y finalmente experimentaron el éxito solos porque nadie les aplaudió cuando consiguieron sus metas, esos son los grandes mitos a quienes debemos admirar siempre.

A mis hijos(as), y  Wendy Martinez. el verdadero triunfo es aquel que logramos después de vencer nuestras tempestades. 

Ezequiel Méndez
Para comunicarse con el autor: salvador@ezequielmendez.info
http://ezequielmendez.info