domingo, septiembre 27, 2015

MAESTRA SOLEDAD


Cuando naces muchos recuerdos se van hilvanando a medida vas creciendo y empiezas a tener conciencia de ti mismo(a), pero siempre  vas construyendo tu imagen de ti mismo de una forma frontal dependes en gran medida de lo que tus seres cercanos y familia reforzaron en ti ya sea en forma de ideas repetitivas: “eres muy bueno con esto o aquello” de forma positiva pero también lo hicieron de forma negativa “nunca serás muy bueno como fulano de tal, o saliste malo para eso, y eres un inútil…” y una gran cantidad de frases que tu subconsciente fue acumulando hasta creerlo y asumirlo como verdadero.

La soledad que en un principio disfrutabas cuando eras un niño se fue convirtiendo en algo a evitar, y en los lugares con los interactuabas como fue la escuela, la iglesia, o cualquier lugar de interacción social siempre se te animó a que fueses lo más sociable posible y tuvieses intercambio con personas de tu edad o intereses comunes, de tal forma que siempre se te indicó que tu vida dependía en gran medida en agradar a otras personas que gozaran autoridad o importancia; no estoy negando que esto fuese importante pero la perspectiva como nos lo fue inculcado es lo que en realidad nos lleva a una actuación bastante dispar en términos emocionales. Siempre fue así debías de agradar a tus profesores, a tus padres, luego a tus parejas de turno, y finalmente a tu esposo o esposa, siempre se llevó el camino de la dependencia como el más normal y aceptado.

Cuando dejaste el nido y empezaste a volar con más libertad, fuiste descubriendo otros actores que te fueron haciendo creer lo mismo: aparecieron tus jefes o jefas en tus trabajos que mostraron que entre más los tuvieses felices con sus exigencias y siguieses sus patrones serías un excelente empleado y llegaste finalmente a relaciones importantes como fueron relaciones de parejas siempre con el mismo patrón emocional: en el cual tenías que agradar a otra persona que a la larga era en suma un peldaño de más importancia que tú mismo(a).

La soledad muchas veces es vista como un estado a evitar a toda costa, pero muchas veces es el camino que te puede enseñar a entenderte y aprender a conocer tu verdadero ser, a veces desconoces tanto de ti mismo que dentro de esa ignorancia no sabes cosas que deberías: al negarte a escucharte, no sabes cuáles son tus grandes fortalezas y de la misma forma tus grandes defectos, y vives engañándote creando un falso “yo” que muchas veces se convierte en tu alter-ego y el personaje que otros creen que eres; eso evita que cuando atraviesas una crisis emocional no sabes cómo tratarte y como amedrentar tu propio dolor vital porque eres para ti mismo un desconocido y como siempre has buscado a alguien más a quien agradar terminas por ignorar cómo agradarte cuando estas herido y vulnerable emocionalmente.

Es tiempo de darte una palmadita a ti mismo, ocupa tu propia soledad para hacer las paces contigo mismo, es tiempo de darle humildemente la bienvenida a la maestra soledad, es tiempo de crecer y ver tu vida con ojos compasivos, no tienes porqué juzgarte o ser grosero contigo mismo, lo que hiciste mal fue tu forma de equivocarte y tu forma de aprender, las personas que de alguna manera te hirieron o te hicieron un agravio merecen tu perdón para quitarte la carga del resentimiento, en ese momento trascendental de soledad aprende a agradecer todo lo que esta vida te ha dado, lo que sentiste que te faltó era a lo mejor innecesario porque pudiste sobrevivir sin ello, es tiempo de aprender de ti mismo y créemelo la maestra soledad lo hará cuando finalmente entiendas que la gran empresa de tu vida se resume: “APRENDE A APRECIAR TU SOLEDAD Y LAS PUERTAS DEL UNIVERSO INTERIOR TE GUIARÁN AL AUTOCONOCIMIENTO”.

BENDICIONES A TODOS Y TODAS.

CON AMOR

Salvador Ezequiel Méndez
@ezek71 (Twitter)
ezek71@gmail.com


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