Aún
siendo un niño mi madre me dijo una vez: “Cuando me muera quiero que siempre
pongas flores en el jardín” nunca lo entendí hasta ahora que tengo más de 5
años que se me fue al destino de toda alma, poner flores es poner siempre algo
bonito en donde quedan recuerdos a veces amargos, a veces heridas, en muchas
formas hay que intentar poner esas
flores aún sea una misión dura y hasta veces imposible, hay que sacar fuerza y
hacer un jardín imaginario, en donde pondremos flores a todos aquellos
recuerdos que nos hacen suspirar, hay que crearlo con la mente, y recordar con
cariño aquello que nos negamos a tenerle, la única forma de seguir adelante es
aprender a dar amor aún a aquello que no duele, es aprender a dejar ir ese
dolor que a veces te llega y te infla el alma de nostalgia, es aprender a
rociar agua a esas flores que por mucho esfuerzo tenemos que mantener siempre
alegres, vivas y contentas.
La
tristeza es una de las emociones más poderosas que existen porque nos obliga a
sentir la carga de su peso, nos vemos impulsados a sentirla casi en todo
momento y reflejamos ese estado anímico tan duro y poco amigable hasta cuando
nos ven la cara, nos ata y nos hace presos de sí misma. Poner flores es cambiar
esa tristeza por alegría de pensar que todo esos procesos tan dolorosos
llegaron por algo, que nos hicieron la persona que eres ahora, que nos dieron
la capacidad de discernir las lecciones que necesitábamos aprender, que nos
dieron la calidad humana que tal vez nos hacía falta, ahora hay que transformar
esa tristeza en flores metafísicas que vamos a poner en el jardín que mi madre
mencionaba y siempre las vamos a cuidar para que nos den la vida que tienen y
no el dolor que sentimos.
Todos
tenemos historias que contar, momentos duros que vivir, tragedias que afrontar,
secretos que esconder, vidas que liderar, en fin somos la suma de muchísimas
cosas que nos hacen complejos, muy difíciles de definir y de entender, hay que
cambiar con el sencillo acto de aceptar que vamos a crear esas flores y las
vamos a poner en ese jardín que de ahora en adelante será tu santuario en donde
dejarás que el amor sane, mi madre quería que cuando ya no estuviera yo siempre
la recordara con cariño y todo lo bueno que dejó en mi, piensa de la misma
forma por dura que haya sido la experiencia, la persona, la situación o
cualquier momento de vida que te hace sentir dolor y sufrimiento transfórmala
en flores y aprende a ponerlas en ese jardín de amor, que cuidarás de hoy en
adelante, y agradécele a ese evento, porque te enseñó algo que te dio
aprendizaje no te centres en odiar y sentir rencor porque de nada te servirá,
es tiempo de transformar en flores toda esa carga tan nociva y aprende a cuidar
ese jardín que sólo tu corazón visitará de hoy en adelante.
Yo
tengo mi jardín y lo cuido ahí están personas, eventos, situaciones, tragedias,
secretos y todo aquello que me ha producido dolor y sufrimiento a lo largo de
mis 42 años, he aprendido a agradecerles y a entender que por algo aparecieron,
las cosas no aparecen cuando las necesitamos sino cuando estamos listos y ahora
estoy listo para darle amor y ternura a ese jardín que mi madre me recomendó
aún siendo un niño que hiciera hace más de treinta y tantos años atrás, deseo
que este artículo te ayude a crear el tuyo y pronto aprendas a vivir feliz,
bondadoso y en paz.
LUZ
Y AMOR INFINITA A TOD@S
SALVADOR
EZEQUIEL
DEDICADO A ROSARIO DEL CARMEN OSEGUEDA
SALVADOR EZEQUIEL MENDEZ
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Facebook : ezek71@gmail.com
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