viernes, marzo 13, 2009

Una introspección necesaria...


EL ALMA VACÍA
Ésta es la historia de una persona que siempre tuvo todo lo que un ser humano puede desear, una familia amorosa, una carrera prometedora, dinero en la suficiencia para no tener que preocuparse, hasta una relación sentimental muy buena, pero hacía falta algo, siempre había un vacío que no podía definir, sentía que no era feliz, sentía que era a pesar de todo un miserable, su miseria era mas existencial que otra cosa, incluso había viajado por el mundo con su padre un prominente diplomático de su país, en las noches no sentía paz en su alma, siempre sentía una insatisfacción muy fuerte, sabía que el dinero que tenía compraba todas las cosas que deseaba pero no le daba la satisfacción que necesitaba, se preguntaba porque habían personas que eran capaces hasta de matarse unas con otras por el dinero al cual lo veía con tanta naturalidad, que a pesar de tenerlo todo no era capaz de disfrutar lo que tenía, siempre quería y siempre había algo mejor que poder conseguir, era una sed de deseo sin fin, siempre había algo “mejor” que desear, un mejor carro, una mejor casa, una mejor situación económica, un mejor etc., no había forma de resolver ese deseo sin fin.
Cada mañana se despertaba sabiendo que era un simple día más que vivir, un día distendido lleno de aburrimiento que tenía que encarar, que no había nada en el mundo que le diera la paz que necesitaba, se daba cuenta que aunque no lo quisiera su alma estaba vacía, que no tenía desde su interior que ofrecer algo a los demás, que estaba viviendo una vida vacua llena de comodidades pero aburrida, el mundo material le ofrece ilusiones la verdad no está en las cosas que quería al menos eso concluía al final de cada día, de repente se dio cuenta que las cosas que posee no eran capaces de llenarle el vacío interior, entendió que el verdadero ser humano no es aquel que se embarca en una búsqueda egoísta y hedonista, sino aquel que entiende que tiene un objetivo mucho mayor que cumplir en la existencia, que había una lección que aprender en la vida que tenía, que para entenderla muchas veces debía pasar por situaciones a veces adversas y dolorosas, que la vida es un escuela y el alumno es él mismo, entendió que el aprendizaje nunca cesa y puede cada vez ser mas complejo, entendió que lo que hace tanto en lo positivo como en lo negativo genera una consecuencia, y que ellas hacen de nuestra vida lo que es.
Después de una introspección profunda pudo al fin divisar la raíz de su propia miseria, entendió que lo que atesoramos nos convierte en esclavo de ello, que el deseo ambicioso sólo lo convertía en esclavo de la ambición misma, que para poder tener un objetivo en la vida debemos primero entendernos a nosotros mismos, trazarnos metas que tenga sentido de acorde a nuestra existencia, que la verdadera esencia de nosotros como humanos siempre se relaciona en servir y en ofrecer antes que recibir, que independientemente a lo que tengamos nuestro valor reside en nuestro interior no en nuestra cuenta bancaria, finalmente entendió que el vacío del alma se llena ofreciéndose de una forma sincera hacia los demás, que es dando como recibimos y recibimos amor lo observemos o no, que si perdemos la perspectiva de nuestros destinos nos perdemos como personas también, entendió que hay tantas cosas además que el dinero y las cosas materiales que pueden llenar la existencia, en el mundo hay una persona llena de desesperanza y dolor que necesita nuestro amor para salir adelante, que hay un moribundo que no tiene a nadie en su lecho, que hay un huérfano que necesita el amor de alguien, que hay una persona afuera que te necesita, que nos necesita, para ayudarnos a llenar nuestra alma.
 Ezequiel Méndez
salvador@ezequielmendez.info

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