A través de mi camino espiritual que ya abarca más de
cuatro décadas he tenido que enfrentarme a decisiones que sencillamente marcan
un nuevo destino: en 1989 a la edad de 18 tuve que tomar la decisión de
marcharme con mi novia de ese momento y que sería posteriormente la madre de
mis 5 hijos mayores, tenía al enemigo número uno de la existencia hablándome
sin detenerse en mi mente: “EL MIEDO”, miedo a que toda clase de cosas me
pasaran y que en suma todo me fuera a salir mal, y tuve que enfrentar todos los
fantasmas que éste me ponía en mi corazón, al final tuve que enfrentarlos a
todos y si hubo un cambio bastante palpable en mi, pasé de ser un joven soñador
a un hombre responsable de un hogar por el resto de mi vida, si me hubiese detenido
o me hubiese quedado pensando en todos mis fantasmas simplemente nunca hubiese
habido ese salto que me hizo ser una persona diferente y que me permitió
aprender de esa “oportunidad” que tocó a mi puerta y con todos sus pros y
contras supe sacar adelante.
En 1993 cuando tenía 22 años estando en Connecticut (EEUU)
y lejos de mi familia tuve nuevamente que enfrentarme con mis fantasmas y el
miedo que de nuevo hacía trizas mi mente y mi espíritu, pero esta vez en lugar
de escuchar con honestidad a mi propio corazón sencillamente dejé que el miedo
tomara el control y dejé escapar quizás la mejor oportunidad económica que tuve
en mi vida, toda clase de escenarios se movían en mi mente, mis dos hijos de
aquel momento con apenas 3 y un año eran quizás la excusa que tomé para no
tomar la decisión más correcta y dejé que el romanticismo y mis miedos tomaran
el control de lo que fue una de las decisiones que más lamenté el resto de mi
existencia. Y así el miedo me ganó la mejor oportunidad de mi vida, la dejé ir
por no enfrentarme y por no querer salir de esa zona de confort que tanto me
costó en términos emocionales.
10 años después en el año 2003 de nuevo tuve que
enfrentarme con algo que nunca me imaginé mi ex esposa tomó la decisión de
apartarme de su vida, con ello un año después tuve que tomar la decisión más
importante hasta ese momento que era dejar mi país y marcharme con un nuevo
sueño y dejar detrás de mí 5 hijos (as) que veían a su padre marcharse lejos no
solamente para sanar sus heridas sino que dejaba una cultura, un lugar, una
zona de confort garantizada como lo es tu propio país, la comida, el lenguaje
aunque era el mismo era totalmente diferente, y todo lo que significó dejar ese
miedo que te paraliza o no te deja ver las oportunidades que se te abren en el
camino, así llegué a República Dominicana lleno de miedo pero a la vez con
deseos de abrir un nuevo capítulo que duró menos de 9 años y el cambio radical
de mi existencia. Había enfrentado mis miedos aunque al final tuve siempre que
enfrentarme con situaciones y momentos muy fuertes.
En el 2013 de nuevo tuve que enfrentarme con mis miedos
nuevamente, otro matrimonio que había llegado a su fin, ya me había reunido con
4 de mis 5 hijos(as) mayores y con una nueva nacida del más reciente matrimonio
todo era una nueva situación, mis miedos se habían materializado y nuevos me
tocaban a la puerta, siendo un apátrida sin ser del país que me había acogido y
habiendo perdido al mío estaba de nuevo solo, ante una mente lleno de miedos y
de malas decisiones, me enfrenté de nuevo en huir o enfrentarme con todo esos
miedos que ya tanto me habían dado tantas palizas en el pasado, decidí
enfrentar y seguir en una lucha constante, decidí ser valiente y no dejar que
los miedos me controlaran de nuevo, y sin darme cuenta me convertí en un
sobreviviente, esa es la realidad, cuando nos evadimos cuando dejamos que los
miedos nos tomen simplemente todas las oportunidades nos dejan, se van y nunca
más regresan, no importa donde estés ni qué edad tengas, vencer tu miedos es el
momento más sublime, miedo a la soledad, a no encontrar la persona adecuada, a
no dejar empleos que no te potencian, a buscar nuevos momentos de vida, nuevos
lugares, nuevas cosas por hacer, cualquier miedo paraliza y no te permite
crecer, los miedos son tus preocupaciones en forma de ideas paralizantes y que
te limitan, déjalos ir, y abre tus brazos a las oportunidades de la vida, es
tiempo de entender que los miedos no son tus amigos sino tu propio enemigo limitándote
y dejando en una zona de confort la cual no te deja crecer ni salir adelante. ¡Atrévete
a liberarte de tus miedos!
Dedicado
a Belkis de la Rosa.
Salvador Ezequiel Méndez
Twitter @ezek71
Ezek71@gmail.com
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