Con el advenimiento de una nueva era, la cual podríamos pensar que la tecnología tiene un nuevo rol: en que la información se hace cada vez más expuesta a las masas que antes ni siquiera soñaban con tener, se han abierto nuevos horizontes, nuevos retos, nuevas realidades que sencillamente antes no existieron. Ahora tenemos nuevos vocablos como el “seguir” a alguien, o el de “unfriend” (dejar de ser amigo) en las redes sociales, buscamos información en fracciones de segundo, enviar un correo electrónico que a diferencia del tradicional no envuelve nada mas que información digital en su mas pura expresión por lo tanto no ocupa un espacio en el mundo físico, la música y el video también han pasado del mundo analógico a la era de los bits, la música que solíamos cargar en casettes o long play ahora suena en un aparato completamente digital y nos movemos a cualquier lugar debido a su portabilidad y sencillez de uso, las fotos que las recordamos en tiempos pasados en cintas de 35mm ahora se cargan en memorias que a diferencia del pasado podemos manipular y crear imágenes que sencillamente jamás existieron a partir de una realidad la cual podemos manejar a nuestro antojo.
Con todo eso que creemos como obvio pero que forma parte de la nueva realidad, también hemos conocido las partes menos claras de la perversidad humana: redes dedicadas a explotar la pornografía infantil, trata de sexo virtual, humanos que ante la vacuidad de su interior navegan en el Internet buscando a quien manifestar sus taras sexuales, incluso secuestros y asesinatos a partir de información que las personas han dejado vulnerablemente abierta a terceros que la ocupan para otros fines, las mismas redes sociales que nos divierten pueden en algún caso servir de ancla para traernos resultados adversos, incluso la información que tan fácil aparenta llegar a nuestras manos puede afectar la capacidad de pensamiento al volvernos más lentos al momento de esforzarnos para buscar por nuestras propias capacidades algo que tampoco pueda ser completamente fiable, la tecnología que nos ayuda puede también convertirnos en holgazanes cosa que a los que nos dedicamos a la enseñanza puede ser un arma de doble filo.
Si seguimos con la tendencia de una tecnología omnipresente puede llevarnos a resultados menos alentadores: personas que en lugar de depender de una droga dependan de un sitio web, o de una red social o de un aparato digital para resolver sus vidas, que en lugar de aprender simplemente busquen información sin razonarla ni analizarla, sin ni siquiera cuestionar las fuentes de algún dato importante, eso es lo que nos puede suceder si no usamos el raciocinio y la agudeza de pensamiento, en fin no podemos ir contra la corriente pero tampoco podemos darle toda el espacio a la tecnología misma, los retos nuevos implican nuevas formas de manejo, ese manejo debe de ir acorde a la realidad que ahora nos lleva de forma rápida a nuevas dinámicas dentro de la sociedad, puede que la tecnología nos una más fácilmente pero puede sino la ponemos en su verdadera dimensión atrasar los logros de la misma, que nos ayude a ser seres más pensantes no seres ignorantes y sin deseos de aprender, eso dependerá de cómo tomemos eso que ahora nos ayuda y nos hace estar en la vanguardia tecnológicamente hablando.
Con todo eso que creemos como obvio pero que forma parte de la nueva realidad, también hemos conocido las partes menos claras de la perversidad humana: redes dedicadas a explotar la pornografía infantil, trata de sexo virtual, humanos que ante la vacuidad de su interior navegan en el Internet buscando a quien manifestar sus taras sexuales, incluso secuestros y asesinatos a partir de información que las personas han dejado vulnerablemente abierta a terceros que la ocupan para otros fines, las mismas redes sociales que nos divierten pueden en algún caso servir de ancla para traernos resultados adversos, incluso la información que tan fácil aparenta llegar a nuestras manos puede afectar la capacidad de pensamiento al volvernos más lentos al momento de esforzarnos para buscar por nuestras propias capacidades algo que tampoco pueda ser completamente fiable, la tecnología que nos ayuda puede también convertirnos en holgazanes cosa que a los que nos dedicamos a la enseñanza puede ser un arma de doble filo.
Si seguimos con la tendencia de una tecnología omnipresente puede llevarnos a resultados menos alentadores: personas que en lugar de depender de una droga dependan de un sitio web, o de una red social o de un aparato digital para resolver sus vidas, que en lugar de aprender simplemente busquen información sin razonarla ni analizarla, sin ni siquiera cuestionar las fuentes de algún dato importante, eso es lo que nos puede suceder si no usamos el raciocinio y la agudeza de pensamiento, en fin no podemos ir contra la corriente pero tampoco podemos darle toda el espacio a la tecnología misma, los retos nuevos implican nuevas formas de manejo, ese manejo debe de ir acorde a la realidad que ahora nos lleva de forma rápida a nuevas dinámicas dentro de la sociedad, puede que la tecnología nos una más fácilmente pero puede sino la ponemos en su verdadera dimensión atrasar los logros de la misma, que nos ayude a ser seres más pensantes no seres ignorantes y sin deseos de aprender, eso dependerá de cómo tomemos eso que ahora nos ayuda y nos hace estar en la vanguardia tecnológicamente hablando.
Ezequiel Méndez
salvador@ezequielmendez.info
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http://ezequielmendez.info
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