LA LIBERACIÓN DEL PERDÓN
Cuando una persona dice haber perdonado pero en su corazón sigue igual; entonces, nunca ha habido un perdón. El proceso del perdón incluye abrir el alma, sacar todo aquello que te ha atormentado vía recuerdos dolorosos, resentimientos, secretos, omisiones, en fin todo un abanico de sentimientos protegidos para que no te expongan ante ti mismo y los demás y no reveles lo vulnerable que has sido en algún momento de tu vida.
El perdón es el primer acto de liberación, con él llega la calma, el sosiego de un pasado aún activo sigilosamente, que te lleva a repetir patrones, a encontrar la misma lección con diferentes actores en la novela de tu vida, la que no te permite que crezcas, la que te mantiene detenido(a) y paniqueado(a) ante los avatares de la vida. El perdón es un acto de valentía porque te permite reconocer tus errores sin más carga y dolor, porque finalmente echas al basurero todo aquello que te ha seguido y con su silencio te ha hecho daño porque preferías esconderte de ti mismo, ahora te enfrentas con la mayor honestidad posible y aceptas la responsabilidad a donde la hayas tenido y liberas a aquellos que ya no pueden hacerte mas daño, porque el perdón mismo te lo permite, porque entiendes que es mejor iniciar desde cero, libre de emociones negativas y con el deseo de avanzar en el camino espiritual.
El perdonar es aceptar la libertad personal, libre de tu historia, libre de tus errores del pasado, de los eventos y personas que escribieron más de algún sufrimiento en tu corazón, aunque sientas que has sanado y si aún sigue el dolor y eso no te deja en paz entonces sigues sin perdonar, si puedes recordar sin animosidad entonces puedes aceptar que en verdad has perdonado. La vida te merece libre de emociones intrascendentes, te merece con el alma limpia, te merece lleno(a) de perdón aún a aquellos(as) que te causaron las mayores heridas de toda tu vida, porque de eso se trata: de dejar ir todo aquello que a pesar de no poder cambiarlo si puedes elegir cómo sentirte al respecto de hoy en adelante, eliges dejar ir, eliges dejar ser, eliges tu libertad interior, eliges enviarles perdón sincero y les dejas libre aún de la deuda de dolor y sufrimiento que te causaron, ya no hay mas animosidad, mas rencor, mas deseos de venganza; todo el ayer queda como un libro de consulta para evitar repetir los errores del mismo, el perdón es el bálsamo de tu alma, eres libre: haz hecho las paces contigo mismo, aceptas, asumes, incorporas todas las lecciones que has tenido que enfrentar de forma sincera y honesta. Has encontrado el perdón que tanta falta te hacía.
Es posible que pienses que aquellos que te dañaron o te causaron algún mal no merecen tu perdón, pero en realidad eres tú el que lo mereces, porque aunque te parezca extraño, el perdón te libera, te purifica, te hace un mejor ser humano, porque te permite avanzar y superar una lección mas en tu vida, y te pone de cara a un futuro mas prometedor, libre de resentimientos, libre de rencor.
Cuando perdonas te sientes ligero, relajado y hasta feliz, porque sin darte cuenta te liberas de una gran carga no solo emocional sino también espiritual, ya que con el simple hecho del perdón abres un canal de bendiciones que se encontraban detenidas, estancadas debido al resentimiento y rencor de anidabas en tu alma.
El perdón es un camino de doble vía, ya que a la vez que perdonas tienes también que pedir perdón, no somos perfectos y de la misma manera en que nos han herido nosotros de igual manera hemos herido a otros, con nuestras omisiones, hechos, palabras y acciones, por lo que el pedir perdón también nos libera. Es mas si somos sinceros y desnudamos nuestra alma y ponemos en una balanza de un lado todo el daño que nos han hecho y en el otro el daño que nosotros hemos causado, te puedo asegurar sin temor a equivocarme que la balanza se va a inclinar significativamente para el lado en que eres tú el que ha causado el mal.
Y con esto se nos plantea otro aspecto importante del perdón y quizás el mas difícil de todos, PERDONARNOS A NOSOTROS MISMOS, si aunque te parezca extraño, esto es lo mas difícil, ya que siempre somos mas dados a perdonar a otros y no a perdonarnos a nosotros mismos, porque nos convertimos en nuestros propios verdugos y nos auto castigamos y nos negamos a darnos ese regalo tan maravilloso del AUTOPERDON.
El perdón es un acto de valentía, es un acto de amor, ámate a ti mismo, ama a todos los demás y serás libre para seguir recibiendo todas lecciones que se te puedan presentar en esta gran escuela que se llama VIDA
Ezequiel y Wendy Méndez
wendymart52@gmail.com
salvador@ezequielmendez.info
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