“Nunca juzgues un
libro por su portada” Este proverbio anónimo, nos dice mucho y
nos enseña a valorar a las acciones sin emitir juicios valorativos
de fondo, es fácil emitir un juicio sin esbozar el meollo de las
cosas, porque así cualquiera puede de forma vanal emitir una idea de
algo, de alguien o de un aspecto desconocido. Las personas en
realidad se conocen después de un tiempo de convivir, de conocer sus
altos y bajos emocionales, del temperamento de cada día, no podemos
decir que porque una persona es obesa tiene un carácter débil, o
por la calidad de una ropa es lo que es, o por la forma de vestir o
afinidades llegar a declarar un aspecto de alguien; en la vida he
tenido que salir a la palestra de situaciones bastante incómodas por
mi apariencia, he tenido que soportar la burla por mi aspecto físico
o por mi obesidad la cual me ha acompañado los últimos diez años
de mi vida, no por ello nadie puede formarse una idea de mi forma de
ser por estos triste parámetros de mi apariencia física, incluso he
tenido que soportar la burla de mi propia familia que ven en mi
obesidad un tema muy ameno para chistes de mal gusto.
No crean que mi físico
determina lo que soy: puede que me de mis limitantes y que no tenga
el aspecto de una celebridad de Hollywood, pero mi ser interior no lo
determina eso, siempre he sido de la idea que a las personas hay que
conocerlas, valorarlas y sacar conclusiones después de tratarles,
así obesos, delgados, narizones, personas incapacitadas, de niveles
económicos diversos, de preferencias sexuales alternativas y de
varias razas han sido mis amigos(as) de muchos años; nunca he
determinado el fondo de sus carácteres basados en dichos criterios,
ni he dejado que los prejucios se interponga en mi camino, las
personas valen por su ser interior, por sus historias de vida, por
las diversas situaciones que les ha tocado afrontar, nunca he juzgado
un libro por la portada haciendo la analogía los seres humanos somos
más de aquello que aparentamos, de lo que tenemos o de los que
económicamente hacemos.
Creo firmemente que hay
que educar a la sociedad entera, que vive de la vida de las
apariencias... tanto aparentas tanto vales, así los gordos somos
vistos con mofa, los pobres tambien y los incapacitados como personas
de lástima, y todos ellos me han demostrado lo contrario, el
materialismo no es capaz de darnos las respuestas, el dinero es un
buen elemento pero lo que le da valor es cómo inteligentemente se
usa en la vida de las personas, por lo tanto las apariencias son un
enemigo acérrimo nos quedamos en la superficie y no vamos al fondo;
el fondo que cada persona representa va más allá de lo que en
realidad aparenta, el valor humano no se mide ni por la forma física,
ni por el dinero, ni por nada que los estándares materialistas nos
dictan; valemos por nuestro fondo por lo que como humanos somos,
sentimos y hacemos aún con la limitantes que a muchos de nosotros
nos toca lidiar.
Cuando te sientas
tentado a criticar la apariencia recuerda que esa persona es más que
esa apariencia, que en el fondo es un alma luchando en la tragedia
materialista, en un circo lleno de mala energía que se dedica a
criticar, a destruir y desvalorar lo que como humanos en realidad
valemos y nacemos para llegar a realizar, la meta de nuestro objetivo
espiritual que cada quien debe descubrir.
Ezequiel Méndez
@ezek71 (Twitter)